De miríadas de seres palabra muy usada,
vestimenta de pocos como atributo propio,
difícil respetar y cumplir a pie juntillas,
merecida en ocasiones como aguja en un pajar.
Esquivada inalcanzable inmerecida a veces,
vejada, vapuleada y manoseada sin control.
Por amores incluso en ocasiones pisoteada
y amantes que la portan cual bandera hecha jirones.
Quien pudiera señores merecer tal adjetivo
sin ningún aderezo que cubra su esencialidad
sin gastar la palabra en amistosos devaneos
proporcionando a cada letra real sentido.
Y eres tu querida amiga a veces madre, hija o hermana,
demostrando con hechos cotidianos que es posible,
con la transparencia clara de todas tus acciones,
que de incondicional tu ser se viste día a día.
Yolanda de la Colina Flores.
A Cynthia Isela
28 de marzo del 2011