A veces un sonido cotidiano
se transforma en un suceso peculiar.
Un mensaje viajero de ultramar
se desliza en el aire cual gaviota.
Un bálsamo que llega en una risa
acento de cantares colombianos.
Un paño refrescante a alguna herida
formada de pequeños sinsabores.
Un tiempo que cuesta y te regalan
presente navideño adelantado.
Y entiendes que en otro continente muy lejano
una hermana cercana Dios te ha dado.
Yolanda de la Colina Flores
10 de marzo del 2011
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