¿Quien es ese crío genial
que va velando mi paso,
cual cruzado tras un grial,
a quién sus trancos retraso?
¿El que va tras mi cual ángel,
que cuida que no padezca,
aunque yo vaya en tropel
y a veces no lo agradezca?
¿El que quita de su boca,
lo que a veces yo le celo,
e incluso si estoy de genio,
sonrisa siempre convoca?
Eres tú grandioso hermano,
aunque seas más pequeñito,
artista y ahora huertano,
con simientes vastaguitos.
Me construyes otros mundos,
con tus lentes tan fecundos,
nadie ve lo que tu ves,
en ese especial envés.
Mi deterioro soportas,
mis reyertas, mis desvelos
y en ello tú siempre aportas
mohines de ojos risueños.
Comprendes con tu mirada,
mi ansiedad, desasosiego,
mi actitud tan demudada,
mi eterno ensimismamiento.
Me incluyes en tus creaciones,
si ser autor de las mismas,
porque adquieres devociones,
de causas tal vez perdidas.
Mi egoísmo, mi gran ego,
mi regodeo en la tristeza,
en la rabia en la pereza
y me das tu mano al vuelo.
Me construyes una noche,
de estrellas y astros derroche,
para que, viendo su luz,
cuente cuentos a trasluz.
Por ello naciste en un mayo,
cual presente maternal
y es en ti donde yo hallo,
esperanza angelical.
Yolanda de la Colina Flores
12 de mayo del 2019
2 comentarios:
Mi abuela en sus tiempos usaba un Batán para cocinar
mi abuela cocinaba con el batan
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