A Cynthia en su cumpleaños
Yo recuerdo aquellos días,
de escolástica bañados,
con pequeñas estadías,
de deambulado añorado.
Los relumbres de la urbe,
parecían resplandecernos,
sin afeites ni perturbe,
nos hacían engrandecernos.
Tú con tu bolso de cuero,
yo con mi chicle perenne
y algún prieto y otro güero,
con piropo en contatene.
Yo recuerdo tu sonrisa,
tu algarabía sin reservas,
tu lealtad sin cortapisa
y tus chanzas en caterva.
Y hemos regresado tanto,
a esa ciudad que rebulle,
a celebrar nuestro santo,
o hacer algo que aturrulle.
Y cuando estás a mi lado,
o muy lejos de mi vera,
evocando ese pasado,
no hay añoranza que muera.
Yo rememoro esos días,
cual pretérito perfecto,
pues Dios en ti dio alegrías
que son fruto del afecto.
Yolanda de la Colina Flores
15 de noviembre del 2019
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