La
princesa Pensamiento,
piensa
y piensa sin cesar,
piensa
y piensa pensamientos
y
siempre abstraída está.
Un
día unas hadas dijeron,
como
esta niña iba a ser
y
que su nombre, impusieron,
Pensamiento
habría de ser.
Y
a la pequeña la visten,
entre
tonos exquisitos
y
uno a uno nos dicen,
significados
distintos.
Cuando
de blanco se viste,
la
princesa es un candor,
si
el violeta la reviste,
su
modestia es resplandor.
También
usa el amarillo,
que
significa amistad
y
a su paso deja brillos,
si
el azul suele portar.
Cuando
mezcla en conjunto,
tres
colores diferentes,
juntos
llaman al recuerdo,
con
versos de no me olvides.
Es
fan de sus pensamientos,
que
le llegan a granel,
alud
de conocimientos,
que
luego escribe en papel.
Y
cómo estos le llegan,
formaditos
o en tropel,
deja
que anden donde quieran
o
los guarda en un tonel.
Todo
el castillo lo tiene,
repleto
de pensamientos
y
cada día que viene,
llegan
como regimientos.
Y se llama Pensamiento,
pero
también No me olvides
y
aprecia con sentimiento,
la
forma en que tú le estimes.
Y
aunque parezca un cumplido,
estimarla
no es difícil,
lo
dice el viento al oído
y
es un dicho conocido.
Los
pensamientos silvestres,
además
de embellecer,
a
la dicha y los amores,
tienen
fama de atraer.
Yolanda
de la Colina Flores
28
de mayo del 2012
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