miércoles, 14 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA ELFA SEDIENTA Capítulo 2 (Cuento de verano)


 

 

Capítulo 2

Buscando compañeros de viaje

El primero que se encontró por el camino fue un petirrojo a quien por supuesto invitó  y le pidió su ayuda contándole todo lo que se le había revelado en el sueño, el turdus migratorius con aire displicente le dijo: -A mi solo me agrada comer larvas, sobre todo las de escarabajo y oruga y para saciar mi sed me sobra y basta con las bayas y frutas que hay en este bosque, definitivamente no puedo acompañarte y mucho menos ayudarte, bastante tengo con organizar nuestra próxima migración, confórmate con haberme visto pues soy el primer petirrojo de la primavera y eso te dará suerte-.

Rött hår, se encogió de hombros y siguió caminando y a su encuentro sin planearlo se le atravesó una ardilla roja con la que también compartió su anhelo y a la que también pidió ayuda, la Sciurus vulgaris, le respondió: -¡Anda, déjate de mandangas y no me molestes yo tengo suficiente con lo que me prodiga el bosque, los insectos huevos y aves que me puedo zampar ya me vienen bien, con los frutos que hay en este bosque estoy sobrada, y con las semillas y frutos que almaceno, no necesito de andar por ahí de pata bandola corriendo peligros!, así que ¡ala!, ¡que voy de prisa a recoger bellotas!

Rött hår volvió a encogerse de hombros y prosiguió su camino, y ahora le salió al paso un tímida lagartija, ésta temía a cuanto ser se encontraba ya que sin saber porqué aquellos con los que se topaba siempre salían corriendo y alguna que otra fémina lo hacía además dejando a su paso una estela de chillidos. Pero éste no fue el caso de la pequeña elfa, ésta por el contrario le sonrió y se acercó aún más a ella, al igual que como hizo con el petirrojo y la ardilla roja le contó su idea y solicitó su ayuda, la cohibida Liolaemus lemniscatus le respondió, -no sé si pueda servirte de ayuda, pero lo que yo pueda hacer por ti lo haré, se me ocurre que se de pronto estás desfallecida de tanto caminar, porque no estás acostumbrada como yo, entonces podrás trepar a mi lomo y yo te llevaré sobre él mientras descansas, además ya estoy un poco aburrida de comer tantas avispas, abejas y escarabajos de los cuales algunos no tienen un sabor muy apetitoso, así que desde luego me gustaría probar ese fruto, que por lo cuentas debes ser delicioso.- Rött hår pensó para sus adentros que la lagartija era muy pequeña y que si se montaba sobre ella, sus pies arrastrarían, pero no dijo nada, silenciosa agradeció y aceptó su ofrecimiento con una sonrisa  y así, muy contentas se fueron platicando a buscar más voluntarios para el viaje; bueno, eso de platicar es un decir, porque la que no paraba de hablar era la lagartija, tenía tantas ideas que expresar que nunca había podido sacar a flote y ahora que se le presentaba la oportunidad no la iba a desaprovechar. Rött hår se encogió de hombros y se dispuso a escucharla por todo el camino.

Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013

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