Capítulo 7
Bebiendo el sabor preciado
Rött hår miró al anciano gnomo y
le inquirió: -¿y ahora que hacemos?-, el sonrió y empezó a sacar de un gran
saco una serie de ramitas suaves y huecas de pirul, parecían cerbatanas con las
que a veces todos jugaban a aventarse cáscaras de cualquier fruta soplando a
través de ellas, pero en este caso eran popotes para poder succionar el
preciado líquido de la fruta, según lo que les indicaba el gnomo, cada quien
tomó una y con alegría vieron que cambiaban de color y en cuanto la posaban sobre la suave piel
éstos se hundían sin rasgarla y al momento que la retiraban los agujeros se
volvían a cerrar de tal manera que la ciruela volvía a recuperar su aspecto
original. ¡No podían creerlo!, por más que succionaban y succionaban el
preciado líquido que dicho sea de paso era el más delicioso que hubieran bebido
en su vida, cuando retiraban los popotes, la fruta volvía nuevamente a
recuperar su forma como si nunca hubiesen bebido de ella.
Todos bebieron hasta saciarse, menos los sapitos que parecían no
tener fondo, incluso sacaron de un bolsillo imperceptible de su
piel un pequeño delantal verde para no manchase de tanto que bebían, sus ojillos
resplandecían de emoción lo que ahí bebían era para ellos el más preciado
elixir.
El petirrojo y la ardilla roja que andaban por ahí y se enteraron
de todo el barullo, les miraban sorprendidos y lamentaban ahora el no haber
aceptado la invitación, Rött hår les miró y al
observar sus caritas tristes preguntó a sus compañeros de travesía si podía
convidarles, estos asintieron y les dieron dos popotes para que pudieran disfrutar
del delicioso zumo.
Rött hår recordó que todo había
empezado por su crónica sed y de repente se daba cuenta que durante todo el
trayecto de su increíble aventura no había necesitado beber ni una sola gota de
nada, estaba sorprendida, pensaba y repensaba y al final solo lo quedó
encogerse de hombros. El gnomo que le miraba le dijo: ¿te has percatado que en
tu viaje te has olvidado de tus problemas para pensar en los demás?- Rött
hår asintió –y el gnomo continuó porque ahora
tenía la atención de todos los compañeros de viaje, -todos han hecho lo mismo,
la lagartija se olvidó de su timidez, los sapitos de su querer estar siempre
armando grandes espectáculos y de solo pensar en sí mismos, Teotl dejó su hogar para acompañarles y al final han sabido perdonar a
quienes no tuvieron ningún interés en vuestra empresa. Creo que todos han
encontrado lo que les sacia en la vida y partir de aquí sus vidas cambiarán-.
Todos daban vivas de alegría y se abrazaban porque ahora habían descubierto el
gran tesoro de la amistad y de la renuncia de sus propios interese para ayudar
a otros.
Teotl y Rött hår se sentaron sobre un tronco sonriendo y contando cosas de sus
vidas que antes desconocían, de pronto la pequeña elfa se aventuró a preguntar
algo que la tenía intrigada: -Escucha Teotl,
¿de dónde viene tu nombre y que significa?- el niño duende le respondió –Mi
nombre significa energía en náhuatl- Rött hår
se quedó pensativa y nuevamente le increpó -¿y no estás muy pálido para ser
mexicano?- él sonriendo le contestó –de ninguna manera querida niña, habemos
mexicanos de muchos colores y a propósito ¿tu nombre Rött hår, que significa?-, ella tímidamente le respondió- Rött hår quiere decir cabello rojo en sueco, un nombre muy común como
podrás darte cuenta, pero tu nombre si que es raro- el chico le contesto: -¿raro?, pues anda
que el tuyo…..- y ambos estallaron en sonoras carcajadas, a Rött hår no le quedó otro remedio, como siempre, que encogerse de hombros.
Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013
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