sábado, 17 de agosto de 2013

ATANDO CABOS (De un efecto mariposa)



Hacemos un paréntesis al cuento de verano 
para felicitar a mi maravilloso y amado esposo Toni por su cumpleaños.

Me tenías resguardada
cubierta como un bebé,
dulces besos yo libaba,
papillas de amor y miel.

Solo era una mariposa
que se engordaba de amor,
que día a día se inflaba
y se iba llenando de amor.

Con tus querencias y mimos
crecía mi redondez,
mis alas desfallecían
ganaba la gravidez.

Más yo no caí en tu taza
por gordita o por glotona,
atando cabos te digo:
fue un efecto mariposa.

Ve enlazando bien los hechos
con todo lo que te diga,
y verás como las fichas
en sincronía irán cayendo.

No es que sea una glotona,
ni por ello estoy redonda,
fue un efecto dominó
y esto fue lo que causó:

Si no hubiera sido
por la tarta de la yaya,
yo jamás habría emergido
de mi cómoda crisálida.

No habría salido volando
e ir mis alas perdiendo,
ni por ello ir tropezando
entre las hojas de un árbol.

Nunca me hubiera encontrado,
en mi camino una rama
y ésta no me habría mandado,
a  dormir hasta una hamaca.

No habría tomada prestada
la hamaca de los mosquitos
y no me habrían perseguido,
por todo el jardín florido.

Jamás me hubiera encontrado,
un tenue rayo de sol,
por ahí no habría llegado
a tu mirada pasión.

Y no me hubiera mecido
en el tul de tus pestañas,
mucho menos resbalado
en tus labios de sonrisa.

Pero en ti me fui cayendo
sin poderlo remediar,
y así vine a terminar,
en tu ardiente desayuno.

Después de haber comprobado
que no estaba tan caliente,
mi pijama deseché
y dentro de él me lancé.

Y ahora soy tu desayuno,
tu miguita en el café,
por siempre me has de comer
y jamás tendrás ayuno.
Yolanda de la Colina Flores
17 de agosto del 2013






No hay comentarios: