Estaba repleta de amor
plena
de enamoramiento,
desbordante
de pasión
y
repleta de emoción.
Cada
vez que lo veía,
algo
dentro le nacía,
alitas
de adoración
que
su estómago invadían.
Le crecían mariposas
que
sus alas removían,
con
mil formas y colores
y
cosquilleos le hacían.
Estaba
llena de Monarcas
también
de mil alevillas
y
eran tantas las cosquillas
que
ella reía y reía.
Las
mariposas bullían
y
mil caricias sentía,
y
con tanta algarabía
de
la risa se moría
Hasta que al fin decidió
compartirlas
con el mundo,
su
abdomen pleno ella abrió
y
a los aires las mandó.
No importa que se vacíe
al
permitirles volar,
pues
con mirarlo de nuevo
ella
se vuelve a llenar.
Yolanda
de la Colina Flores
5
de mayo del 2013
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