Capítulo 5
El sotobosque
El primero de esta especie de flora que encontraron en su camino
fue un pequeño arbusto de hojas pequeñas, con un espigado central morado y con
unos tallos ligeramente vellosos, con unas bayas de color rojo pálido, de las
que Rött hår recordaba su sabor refrescante de
carácter marcadamente ácido. Al
reconocerle la pequeña elfa le dijo: -Buen día señor arándano buscamos al árbol
de Prunus custodiado por ustedes, para ver si quiere regalarnos uno de sus
frutos. Para llegar a él necesitamos que nos abras camino. -
El Vaccinium oxycoccus le miró de
arriba abajo y como se creía que él tenía las bayas con el tono más hermoso de
rojo que se hubiese visto jamás, al mirar los hermosos y largos cabellos de Rött
hår sintió que tal vez estaba en un error y esto
le dio un poco de recelo así que le dijo: -No, no, no, no puedo, no encuentro
en lo que me dices una razón poderosa para dejarles pasar, mejor regresan por
donde vinieron- la lagartija sacó entonces su larga y delicada lengua y empezó
a hacerle cosquillas por todos lados, el arándano sin remedio empezó a reír y a
mover sus ramas por todos lados hasta que se formó un hueco entre ellas por el
que todos fueron pasando como su ser le indicaba, los acróbatas con saltos de
remolino estilizados, Rött hår con un ligero
brinquito y la lagartija con una carrerilla sin dejar de hacerle cosquillas hasta
que hubo traspasado el arbusto. Cuando pasaron todos éste nuevamente se cerró.
Siguieron avanzando y sobre el suelo algo les empezó a cubrir los
pies de tal forma que no podían moverse, era una especie de alfombra de
pequeñas formas rizoides sin hojas ni tallos, todos intentaban sin éxito
zafarse de ella. Los sapitos le conocían debido a sus andanzas por las
partes húmedas de su bosque, de inmediato al mismo tiempo le dijeron: -Rápido,
tenemos que acariciar a este musgo por arriba con los dedos de la mano y por
abajo con los dedos de los pies, como nosotros tenemos las patas más grandes lo
haremos en forma más rápida- Y como por arte de magia el Bryophyta sensu
stricto que tenía las sensaciones a flor de piel
empezó a dejar libres los pies de sus prisioneros para que éstos pudieran
acariciarle con sus dedos al tiempo que se regocijaba con las caricias,
el grupo de amigos iba quedando en libertad y corría para salir
fuera de su alcance, los últimos en llegar fueron los sapitos porque el musguito
no quería soltar un dedo de uno de ellos.
Siguieron avanzando y su entorno era cada vez más oscuro, estaba
plagado de niebla y sombras, por entre las copas de los árboles se percibía de
cuando en cuando alguno que otro rayo solar, de pronto Rött hår sintió que algo como una saeta de repente venía y se incrustaba en
uno de sus brazos, como una especie de pegatina, al ir a revisarla ya tenía
otra en una pierna y lo mismo estaba pasando con todos sus compañeros, trataban
de despegarlas de muchas formas pero esto era imposible, poco a poco fueron
cubriendo casi por completo a la lagartija, los sapitos y Teotl se defendían mejor debido a sus acrobacias, de pronto una de
estas criaturas apareció con una velocidad vertiginosa y se plantó en una mejilla
de Rött hår, ella gritó desesperada, y su
grito fue como un acicate para la rápida resolución de Teotl, así que de inmediato ordenó: ¡De prisa busquemos un rayo de sol,
son líquenes y les encantan las sombras, la luz solar los deblita!, todos más
pronto que rápido ya estaban bajo los rayos de sol que se filtraban por entre
el ramaje. Los Xantoria parietina se fueron
despegando de su piel como viejas y gastadas estampillas y al caer salían
corriendo despavoridos hacia las sombras.
Teotl le indicaba ahora por donde era el camino, la lagartija un
poco nerviosa le preguntaba-¿tú crees que ya hemos terminado con el sotobosque,
eh?- el chico le respondió: -Creo que no, sé de buena fuente que todavía nos
falta una región de cornejos, helechos y acebos que hay que atravesar-, pero
éstos que ya habían escuchado acerca de ellos decidieron no enfrentarles, así
que el Cornus abrió sus racimos de flores
blancas y amarillas cediéndoles el paso, los Pteridophyta que ya conocían a la elfa por lo que sus primos del otro bosque
les habían contado, les dejaron pasar sin ponerles ninguna resistencia.
El Iles aquilorum que estaba
encantado con el cabello de la pequeña elfa y que tenía un corazón por siempre
alegre pues era representativo de la navidad, desplegó sus hojas de color verde
brillante por el haz y verde amarillento y mate por el envés para que la
comitiva pudiera pasar, y ya de paso les regaló unos ramitos con hermosos
frutos rojos a la lagartija y a Rött hår.
-¡Perfecto!- dijo Teotl, -es hora
de visitar a los habitantes que forman el dosel de bosque y estos seres son muy
importantes porque son sus copas las que se juntan unas con otras para
conformar el techo de los bosques-.
Yolanda de la Colina Flores
Verano del 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario