Yo
no sé si esta princesa,
es
una rubia platina,
porque
nos viene de china,
con
rubiáceas por familia.
Lo
cierto es que esta chiquilla,
más
nívea es que blanca nieves,
su
presencia ornamental,
perfuma
con esplendor.
Símbolo
es de sutileza,
y
del buen mérito artístico,
pero
también simboliza,
a
la gracia femenina.
Y
le gusta perfumar,
palacios
o habitaciones,
pero
la niña es feliz,
en
los preciosos jardines.
Y
se aplica en fabricar,
perfumes
con sus esencias,
y
también en entonar
a
un quinteto con presencia.
Un
quinteto de cigarras,
que
les encanta la fiesta,
y
tocan sus instrumentos,
en
las noches sin parar.
Y
se ponen a cantar,
mil
melodías sin par,
pero
una han de repetir,
en
cada actuación sin fallar.
Es
de Rafael Hernández,
la
más hermosa canción,
que
de un aliento especial,
alguien
pudiera crear.
Es
perfume de gardenia,
una
grandiosa creación,
que
dice que tu boquita,
provoca
bella emoción.
Y
así se pasan las noches,
en
algarabías y bochinche,
creando
sones y perfumes
con
gardenias por esencia.
Y
muy bien has de saber,
que
ella blanquísima es,
y
que siempre así ha de ser,
para
una gardenia ser.
Para
cumplir con el dicho,
que
nos habla de gardenias:
“No
creo en gardenias negras,
ni
en vírgenes que sean suegras”.
Es
un dicho peculiar,
y
difícil de entender,
pero
solo éste encontré,
referente
a las gardenias.
Si
alguien se quiere apuntar,
podrá
quizás inventar,
un
dicho que bien le vaya,
a
esta flor tan especial.
Yolanda
de la Colina
26
de agosto del 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario