Quisiera ser cómo tú,
sin pensar en los afeites,
la figura, el canesú,
la vida con sus deleites.
Ser humildad y nobleza,
y aprender a andar descalza,
conservando la grandeza,
con sayal y sin riqueza.
Creer sólo en la palabra
confiándome sólo a Dios,
que mi alma se entreabra
y comprender el adiós.
Vivir sin compás de espera
y trascender lo intangible,
ser sensata y no fruslera,
aceptando lo imposible.
Sonreír sin miramientos,
irradiando siempre luz,
olvidar momentos cruentos,
siempre irguiendo la testuz.
Con recuerdos de oraciones,
de narraciones de antaño,
con historias de dragones,
las que yo evoco y extraño.
Pensando en ti yo haré puentes,
que de este mundo trasciendan,
reencontrando tus vertientes
y que al fin en mí confluyan.
Y no seré cómo tú,
pero ahora soy consciente,
que soy regio petisú,
de tu orgullosa simiente.
Yolanda de la Colina Flores
10 de mayo del 2019
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