Medio metro es su estatura
su mirada fascinante,
de negras y azules pupilas,
como
luceros brillantes.
Largas trenzas azabaches
que
adorna cual primavera,
con
lazos multicolores
o
lindas cintas de seda.
Le corona la cabeza
una
tiara iridiscente,
con
alguna joya hermosa
y
varias flores silvestres.
Su
piel blanquísima es,
su
voz la de un ruiseñor,
su
alas son transparentes
cual
mariposa en fulgor.
Al cuello porta una cruz
adornada
por rubís,
lleva
larga capa azul
con
pespuntes de organdí.
Su
capa se le oscurece
cuando
el invierno se acerca,
nívea
túnica le viste
de
estrellas siempre repleta.
Vara mágica posee
fabricada
con espino,
que
va cambiando su brillo
de
acuerdo al día que es.
Y porta una botellita
con
brebaje milagroso,
para
con unas gotitas
reanimar
a los enfermos.
Vive en recónditas grutas
con
las paredes de plata,
el
suelo cubierto de oro
que
encierran un paraíso.
Ella bendice a las aves
las
aguas, flora y ganados
auxilia
a necesitados
y
a los en bosque extraviados.
Por ello si un día te pierdes
pide
a Dios que alguien te encuentre,
más
tampoco está de más
al
hada Anjana implicar.
Yolanda de la Colina Flores
2
de mayo del 2013
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