¿Entre el cerebro y el corazón
a quien darías tu la razón?
¿Entre el pensar y el sentir
que desearías discernir?
Siempre estamos en ultranza,
comparando en la mirada,
sopesando neurona y alma,
sin concluir nunca nada.
De almotacén eruditos,
sentimientos en balanza,
de razón creamos mitos,
engañando a la templanza.
En las cosas del querer,
no hay que ser almotacén,
si se trata del valer,
mesurar sin almotacén.
Ni de una cosa ni de otra,
es posible sopesar,
como una buena enquillotra,
mejor dejarse llevar.
Sentimientos en tropel,
emergerán sin parar,
calibrarás cual trechel,
lo que nunca ha de menguar.
Te deseamos buena suerte,
en tu afán de valorar
y esperamos que reviente,
tu romana al evaluar.
Yolanda de la Colina Flores
24 de marzo del 2016
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