Quien define castidad
como una virtud ausente,
de todo goce carnal
no hace honor a la verdad.
Cuando una mujer se “guarda”
por tan solo “el que dirán”
no sabe lo que resguarda
ni lo que es la castidad.
No es casto el que se reprime
sino el que lo guarda y no gime,
el que el amor no comprime
en sólo el velo del himen.
Creo con alma violentada
que cualquier mujer violada,
mancillada y ultrajada,
no pierde su castidad.
Para mí es el esperar,
desde mi férreo pensar,
sin afán de disertar,
a quien amas en verdad.
Yolanda de la Colina Flores
2 de octubre del 2015
2 de octubre del 2015
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