Para la joya de Osiris: Greisbel
Muy cerca del septentrión
está una niña que encanta
y aunque derrocha hermosura
hay algo que a ella la abruma.
Su testa que es muy traviesa
no quiere irse a dormir
y entonces ella se inventa
mil pretextos a elegir.
Empiezan a aparecer
dolorcitos por doquier
por arriba de las cejas
entre el pelito y la cien.
Y duele la coronilla
y la nuquita también
y creo que los cabellitos
ellos se quejan también.
Y viene un flequito ahora
y se queja de dolor
y los ricitos ya lloran
por el ensortijamiento.
Tendremos que
ser vivaces
para engañar a esa testa
para que deje a la nena
que juegue con las ovejas.
Le pondremos estrellitas
para que brille y se piense
que anda surcando el espacio
y conociendo planetas.
Tal vez le gusten las flores
entre los rulitos bellos
le haremos una corona
como si fuese una reina.
Pero si ella es princesa
ya que su abuela es la Reina
y su madre una princesa
de un literario reino.
¿Que le pondremos entonces
a tan hermosita testa
si tiene el más bello pelo
y los rizos mas excelsos?
¿Qué aliviará sus dolores
para poderse dormir
como dejar que Morfeo
la arrulle en nana sutil?
Solo existe un buen remedio
y es el que todos queremos
ese que siempre añoramos
cuando hay dolor de cabeza
Son los besos de mamá
los que nos quitan dolores
ellos forman una tiara
para velar sus amores.
Yolanda
15 de febrero del 2008
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