Unas manos muy divinas
tienen tus bellos pupilos
y parecen sombras chinas
reflejadas sobre muros.
Ellas nos cuentan historias
y cuentos maravillosos
y yo observo con euforia
sus movimientos airosos.
Esas manitas hermosas
me recuerdan a Hawai
y se han vuelto muy famosas
con su canto sin igual.
Como juegan sus deditos
en una danza genial
y parecen musiquitos
tocando una oda marcial.
Hacen gala de vaivén
se mueven y arman revuelo
y yo quiero con anhelo
ver que danzan en tropel.
Su lenguaje es muy selecto
y no todos los interpretan
pues solo un noble maestro
te dirá lo que comentan.
Esos dedos que platican
conversan y lo hacen bien
y no sé porque no invitan
a los deditos de pies.
Alguien me dijo un secreto
tal vez lo quieras saber
no se si sea un acierto
más yo te lo contaré.
Los deditos de los pies
para hablar son perezosos
pues les gusta andar juntitos
como patas de cien pies.
Ellos no cantan ni danzan
sólo les gusta engordar
y parece que se cansan
si los quieres separar.
Ahí muy juntitos todos
como no son bailarines
admiran con gran azoro
a los otros parlanchines.
Los deditos de las manos
arman fiestas y agasajos
y como son parlanchines
hacen galas y festines.
Amo esas manos de niños
en sus mundos silenciosos
pues sus manos son delfines
que nadan en mil confines.
¿Quienes pueden a un tiempo
como sombras de la China
bailar y contar un cuento?
¡Sólo manos parlanchinas!
Atiende con atención,
lo que esas manitas expresan
y verás con ilusión
lo que sus almas expresan.
Esas parlanchinas manos
te traducen la sonrisa
que todos esos hermanos
nos dan cual dulce primicia.
Magda Lú eres sin par
por tu labor sin igual
por poder interpretar
ese lenguaje especial.
Porque te vuelves un ángel
y te pones a charlar
con angelitos divinos
en lenguaje celestial.
Yolanda Dolores de la Colina Flores
23 de marzo del 2009
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