Una nena nació en un sembradío
atestado de hermosos
girasoles,
los cuales siempre
muy madrugadores
despertaban con el
alba y el rocío.
Mas la nena no era madrugadora
más bien era una
eterna dormilona,
descansaba a sus
anchas cual marmota
dormitaba sin apenas pena y gloria.
Los sunflowers estaban preocupados,
contemplaban
boquiabiertos la lirona,
intentaron mil veces
despertarla
más la nena dormía
con descaro.
La tomaban entre
pétalos y tallos
la sentaban y querían
que se irguiera,
y la nena agachaba la
cabeza
continuaba por
siempre dormitando.
En la noche la nena
despertaba
y jugaba con la luna
y las estrellas,
no entendía porque
los girasoles
a esas horas siempre
estaban soñando.
La pequeña era un
vástago de Sol
y por ello nació
entre girasoles,
mas habiendo nacido
de Selene
nocturnal era su
constitución.
Y la nena según iba
creciendo
su heredad paternal
se iba enraizando,
más de a poco se iría
despertando
y estaría de los días
disfrutando.
Mientras tanto juega
con girasoles,
que se piensan que
siempre está dormida
y mecida entre
pétalos y flores
guiña un ojo al Sol
de sus amores.
Yolanda de la Colina
Flores
5 de septiembre del
2013
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