Hadita de piel muy blanca,
que aunque no es inmortal,
tiene gran longevidad,
aunque jamás se envejezca.
Es tranquila y apacible
la mayoría del tiempo,
pero hay ciertas ocasiones
en que pierde los papeles.
Le enfurece que la vean
tomando baños de sol,
cuando juega con las olas
o danzando entre delfines.
Si su paz es perturbada,
igual que temible mar
arma cada remolino,
con olas de inmensidad.
Mas pronto ella se recupera
y recobra su ternura,
transformándose en espuma,
con la que besa la mar.
Como siempre se acompaña
de sus amigos delfines,
si los ves entre los mares,
quizás a Nereida verás.
Mas te aconsejo que cuides,
que no sepa que la observas,
pues si se llega a dar cuenta,
seguro te empapará.
Y aquí nos queda ese dicho,
que hace juego con la mar:
“Quien no controla el carácter,
es cambiante como el mar”.
Yolanda de la Colina Flores
28 de octubre del 2012
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