Descubrí un tesoro,
aquí en ultramar,
sin pena y decoro,
dejándome amar.
En una ribera
templada y serena,
tu siempre a mi vera
ahogando mi pena.
Y he sido princesa.
plebeya y realeza,
cual vivaz belesa,
sueño que embelesa.
Forjaste mi tiara,
con rayos del sol
y el mar emulaba,
manto tornasol.
Y me diste un cofre
con dulce tesoro,
tu amor que es encofre,
de lo que yo adoro.
Yolanda de la Colina Flores
2 de febrero del 2017
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