Si es que Rosas en el Mar
es tan solo una canción,
yo no me atrevo a afirmar,
si hay que ponerlo en cuestión.
Un amor a mi me aloja
y puede bien discernir,
entre júbilo y congoja,
entre el auge y divertir.
Cada zona que transito
se me plaga de botones,
como en un mágico rito,
donde florecen los dones.
Y se transforman en rosas
aún en salado mar,
como unas algas airosas
que nacen con sólo amar.
Yolanda de la Colina Flores
21 de febrero del 2016
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