Viviendo en tu mar
me siento una diosa,
pudiendo boyar,
como una ola briosa.
Hija de Neptuno,
o de Poseidón,
hogar oportuno,
sin nada en cuestión.
Cubierta de joyas
y fina fragancia,
y de ello las olas,
dan firme constancia.
Sin miedo al oleaje,
en perfecto ensamble,
nuestro maridaje
de males arramble.
Yolanda de la Colina Flores
3 de noviembre del 2016
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