Como
su nombre lo indica,
esta
niña es una bala,
nadie
la puede atrapar.
ni
cercándola entre mallas.
Muchas
redes ya le han puesto,
pretendiéndola
alcanzar,
más
la nena ya está visto,
logra
todo atravesar.
Nació
en noche de tormenta,
con
los ruidos de un tifón,
tal
vez por ello fomenta,
que
retumbe la función.
Ni
los bombos ni platillos,
le
parecen suficientes,
a
ella le gusta el estruendo,
que
provocan los cohetes.
Por
ello día tras día,
se
arrellana en un cañón,
para
salir despedida,
con
estruendosa emoción.
Y
así surcar por los aires,
con
rimbombantes sonidos,
a
la nena estos vaivenes,
le
alegran cada latido.
Y
le encanta embelesar,
al
público que la admira,
por
su forma de volar,
por
su arte y su pericia.
Y
los tiene enamorados,
de
su veloz actuación
y
los tiene acostumbrados,
a
no cambiar el renglón
De
eso que dice el cantor,
cuando
se pone a cantar,
que
las balas del amor,
al
corazón te han de dar.
Yolanda
de la Colina Flores
19
de marzo del 2012
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