LATIDOS

A veces por las mañanas

en silente despertar,

se me agolpan los latidos

como cual dulces sonidos.

Y  puede ser una sístole

o quizás una gran  diástole,

una cascada de pulsos

que trastorna mis sentidos.

E intento dentro de mi

escudriñar los sonidos,

si son dulce palpitar

o galopes en raudal.

Y me voy por los torrentes

de la cava y de la aorta,

buscando entre sus frecuencias

mi latido personal.

Los latidos de mi alma

crean una sinfonía,

que va desde tonos pianos

hasta grandes mezo fortes.

En mi laten emociones

con ritmos acompasados,

cada uno sincopado

con su propia situación.

Las hay que van desbocadas

cual buen galope de stalion,

laten con gran emoción

con ráfagas de pasión.

Y por ventrículos viajan

un cúmulo de emociones,

sentimientos día a día

de historia y mitología

Por mis válvulas y venas

desfilan cuentos, poemas,

leyendas, chistes, entuertos

y mil cuentos de princesas.

Por las aurículas vienen

saludos y despedidas

políticas, discrepancias,

de derechas y de izquierdas.

Yo viajo en fino torrente

me regodeo en el paseo,

y no me importa adentrarme

si voy en mágico vuelo.

Entre válvulas tricúspides

o en aórticas mitrales,

ventrículos pulmonares,

venas cavas superiores.

Yo sólo se que disfruto

de este pulso sin igual,

de este latir singular

que me provoca desvelo.

Y le doy gracias a Dios

por ese latir de hoy,

porque su pulso genial

me crea un Ritmo Vital.

Yolanda de la Colina Flores

14 de febrero del 2013