Capítulo 2
Chiedere al
Signor Corvo
Aunque en
estos momentos reinaba a sus anchas el verano incomparable de la Toscana, un mal día, una tormenta seguida por un diluvio azotó la región
y todos los vecinos se apresuraron a resguardarse en sus hogares, la lluvia no
parecía dispuesta a parar y poco a poco todos los campos se fueron anegando de
agua, la familia Uccello estaba más que
inquieta y preocupada, al hogar habían regresado de sus paseos sólo tres de le
sorelle Uccello,
la sorella uovo di Cardellino no había
retornado y aunque empezaba a amanecer la lluvia torrencial no cedía.
Los padres en
unión de los vecinos y autoridades iniciaron búsquedas por toda la región y sus
hermanas recorrían uno a uno los lugares por donde sabían que su hermana solía
pasear, por todos ellos habían pasado revisándolos de manera concienzuda, pero
al parecer en ninguno de ellos había permanecido con el fin de guarecerse de la
tremenda lluvia.
Todos estaban
muy tristes y consternados especialmente la Signora
Uccello quien después de varios días infructuosos
de búsqueda cayó postrada en cama con una depresión profunda, dentro de su
congoja, hizo esfuerzos para llamar a la figlia Passero quien era la más seria y centrada de las hermanas, tal vez por su
propia morfología ya que a diferencia de sus hermanas esta no afectaba su
cabeza. Ella acudió de inmediato al lado de su madre y ahí a su lado alcanzó a
escuchar la súplica que ésta entre sollozos y con voz tenue le hacía: -Perqué
non si debe veder il Signor Corvo? Il mio
cuore mi dice que che il sa qualcosa.- La sorella Passero le respondió con dulce voz: -Non ti preoccupare mamma, farò
quello che mi chiedi.-
Y es así como
la sorella Passero va a dirigir su búsqueda
hacia la casa del Signor Corvo. Iba porque su
madre se lo había solicitado, no sin cierto miedo porque este ser le resultaba
un tanto oscuro y taciturno, no le provocaba ninguna confianza y recordaba que
cuando éste había asistido a las presentaciones de ella y sus hermanas la
mirada que sobre ellas posaba no le era para nada agradable. Aunque su corazón
latía a mil por hora, procuró en la medida de lo posible calmarse y poner todos
sus sentidos en la entrevista que tendría con este extraño ser.
Comenzaba a
oscurecer y aunque esto le hacía sentirse aún más amedrentada, no cejó y con
paso firme apresuró el paso. La casa del Signor Corvo era bella, desde afuera se podía apreciar un hermoso jardín
adornado con velas de exquisito gusto,
aunque ella jamás había estado dentro, no le eran ajenos los comentarios
que todos los vecinos cuchicheaban por ahí, se decía que la casa estaba repleta
de obras de arte tanto en mobiliario como en todos los accesorios, cuadros y
alfombras que adornaban la casa, se rumoreaba también que adoraba la ópera y
siempre se escuchaba este tipo de música al acercarse a su casa. Había también circulado por ahí una
historia en la que se aseguraba que
el Signor Corvo había pertenecido al grupo de selectores de talentos de La Scala de Milán.
La sorella
Passero hizo sonar la pequeña campanilla que se encontraba
al dintel de la férrea verja que daba acceso a la preciosa casa y en menos de
un pestañeo el Signor Corvo estaba al otro
lado de la verja frente a ella. Con voz ronca le preguntó: - Che fa qui,
bella ragazza?- Ella después de tragar saliva, con su dulce voz alcanzó a
musitar: -Posso parlare con lei, signor Corvo?-
El señor cuervo asintió y a la sorella Passero
le pareció ver en su rostro un enigmática sonrisa.
Le invitó a
pasar y la chiquilla no pudo menos que comprobar que casi todo lo que decían
sobre el extraño señor era cierto, lo único que no coincidía era lo que se
refería a la música, no la había escuchado, ni cuando estaba en sus cercanías,
ni ahora que se encontraba dentro, en la casa reinaba un extraño silencio.
Atravesaron toda la edificación de una sola planta hasta llegar finalmente a un
maravilloso jardín interior donde se encontraba un pequeño chill out que el Signor Corvo se había
instalado en aquel placentero lugar. Le invitó a sentarse y a tomar una copa de
chianti la cual gentilmente declinó y al
momento apreció en el Signor Corvo un cierto
gesto de desagrado.
La sorella
Pasero, siempre de pié, le comentó lo que
acontecía con su hermana, y de las infructuosas búsquedas. Sin saber cómo ni
porqué, de pronto se encontraba diciendo que como era por todos conocido en la
región él era un personaje importante y quizás alguien le había comentado algo
acerca de ella, que su desaparición había ocurrido aquel día tormentoso y que
se encontraban angustiados por su desaparición, sobre todo su madre que ahora
se encontraba en su lecho mal y decaída ante esta situación.
El Signor Corvo no le respondió, se limitó a presionar un botón y de improviso
una música conocida por la sorella Passero
inundaba el lugar, era la famosa aria llamada Vedrò con mio diletto de la ópera Il Giustino de Vivaldi, el dijo con una mirada penetrante: -È può cantare questa aria
per me? sembra essere fatto apposta per te-. Ella
ocultando si indignación le contestó: -Non posso signore corvo, si prega di
rispondere alla mia domanda, È sa qualcosa de la mia sorella?-
Otra vez sin contestar el Signor
Corvo le preguntó si alguien sabía que ella había
ido a visitarle, ella respondió que todo el pueblo lo sabía y que esperaban con
ansia su regreso, dicho esto, de improviso el señor cuervo se levantó de su
asiento y con actitud ofendida y molesta le respondió: -Impossibile, non so nulla di tua
sorella e non lo sai che odio la pioggia?- La
verdad era que el señor cuervo no solo odiaba la lluvia, más bien podríamos
afirmar que odiaba casi todo tipo de agua, solo consentía la absolutamente
necesaria para bañarse porque para beber el tenía el chianti.
Ella respondió
con voz triste: -Non so signor Corvo, mi dispiace di averti disturbato, buona
notte- El le respondió: -Buona notte bella
ragazza, fortuna nella tua ricerca.- La sorella
passero se dispuso a abandonar aquella casa y
aceptó los deseos del señor cuervo, esperando de verdad tener suerte el la
búsqueda de su hermana, pero aún ante estos buenos deseos ella pudo de nuevo
visualizar con el rabillo de su ojo aquella rara sonrisa que aparecía de nuevo
en la cara del extraño ser.
Yolanda de la
Colina Flores
Verano del 2013
Capítol 2
Chiedere al Signor Corvo
Encara que en
aquests moments regnava a ple l'estiu incomparable de la Toscana, un mal dia, una tempesta seguida per un diluvi va assotar la
regió i tots els veïns es van apressar a protegir-se en les seves llars, la
pluja no semblava disposada a parar i a poc a poc tots els camps van ser
inundats d'aigua, la família Uccello estava
més que inquieta i preocupada, a la llar havien tornat dels seus passejos només
tres de le sorelle Uccello, la sorella uovo di Cardellino
no havia retornat i encara que començava a clarejar la pluja torrencial no
cedia.
Els pares en
unió dels veïns i autoritats van iniciar recerques per tota la regió i les
seves germanes recorrien un a un els llocs per on sabien que la seva germana
solia passejar, per tots ells havien passat revisant-los a consciència, però
pel que sembla en cap d'ells havia romandre amb la finalitat d'aixoplugar-se de
la tremenda pluja.
Tots estaven
molt tristos i consternats, especialment la Signora Uccello qui després de diversos dies infructuosos de recerca va caure
prostrada en llit amb una depressió profunda, dins de la seva angoixa, va fer
esforços per cridar a la seva figlia Passero
qui era la més seriosa i centrada de les germanes, tal vegada per la seva
pròpia morfologia ja que a diferència de les seves germanes aquesta no afectava
el seu cap. Ella va acudir immediatament al costat de la seva mare i aquí al
seu costat va aconseguir escoltar la súplica que aquesta entre sanglots i amb
veu tènue li deia: -Perqué non si debe veder il Signor Corvo? Il mio cuore mi dice que che il sa qualcosa.- La sorella
Passero li va respondre amb dolça veu: -Non ti
preoccupare mamma, farò quello che mi chiedi.-
I és així com
la sorella Passero va dirigir la seva recerca
cap a la casa del Signor Corvo. Anava perquè
la seva mare l'hi havia sol·licitat, no sense certa por perquè aquest ser li resultava
una miqueta fosc i taciturn, no li provocava cap confiança i recordava que quan
aquest havia assistit a les presentacions d'ella i les seves germanes la mirada
que sobre elles posava no li era per res agradable. Encara que el seu cor
bategava a mil per hora, va procurar en la mesura del possible calmar-se i
posar tots els seus sentits en l'entrevista que tindria amb aquest estrany
ésser.
Començava a
enfosquir i encara que això li feia sentir-se encara més acoquinada, no va tenir por i amb pas ferm va
alleugerar el pas. La casa del Signor Corvo
era bonica, des de fora es podia apreciar un bonic jardí adornat amb veles
d'exquisit gust, encara que ella mai havia estat dins, no li eren aliens els
comentaris que tots els veïns xiuxiuejaven per aquí, es deia que la casa estava
repleta d'obres d'art tant en mobiliari com en tots els accessoris, quadres i
catifes que adornaven la casa, es deia també que adorava l'òpera i sempre
s'escoltava aquest tipus de música en apropar-se a la seva casa. Hi havia també
circulat per aquí una història en la qual s'assegurava que el Signor Corvo havia pertangut al grup de seleccionadors de talents de la
Scala de Milà.
La sorella
Passero va fer sonar la petita campaneta que es
trobava a la llinda del ferri reixat que donava accés a la preciosa casa i en
menys d'un parpelleig el Signor Corvo estava a
l'altre costat del reixat enfront d'ella. Amb veu ronca li va preguntar: -Che
fa qui, bella ragazza?- Ella després d'empassar
saliva, amb la seva dolça veu va aconseguir a mussitar: -Posso parlare con
lei, signor Corvo?- El senyor corb va assentir i
a la sorella Passero li va semblar veure en el
seu rostre un enigmàtic somriure.
La va convidar
a passar i la noia no va poder menys que comprovar que gairebé tot el que deien
sobre l'estrany senyor era cert, l'única cosa que no coincidia era el que es
referia a la música, no l'havia escoltat, ni quan estava en les seves rodalies,
ni ara que es trobava dins, a la casa regnava un estrany silenci. Van travessar
tota l'edificació d'una sola planta fins a arribar finalment a un meravellós
jardí interior on es trobava un petit chill out que el Signor Corvo s'havia
instal·lat en aquell plaent lloc. Li va convidar a asseure's i a prendre una
copa de chianti la qual gentilment va declinar
i al moment va apreciar en el Signor Corvo un
cert gest de desgrat.
La sorella
Pasero, sempre de vaig piular, li va comentar el
que esdevenia amb la seva germana, i de les infructuoses recerques. Sense saber
com ni perquè, de sobte es trobava dient que com era per tots conegut a la
regió ell era un personatge important i potser algú li havia comentat alguna
cosa sobre ella, que la seva desaparició havia ocorregut aquell dia de tempesta
i que es trobaven angoixats per la seva desaparició, sobretot la seva mare que
ara es trobava en el seu llit malament i decaiguda davant aquesta situació.
El Signor
Corvo no li va respondre, es va limitar a
pressionar un botó i d'improvís una música coneguda per la sorella Passero inundava el lloc, era la famosa ària denominada Vedrò con mio
diletto de l'òpera Il Giustino de Vivaldi, el va dir amb una
mirada penetrant: -È può cantare questa aria per me? sembra essere fatto
apposta per te-. Ella ocultant la seva indignació
li va contestar: -Non posso signore corvo, si prega di rispondere alla mia
domanda, È sa qualcosa de la mia sorella?-
Una altra
vegada sense contestar el Signor Corvo li va
preguntar si algú sabia que ella havia anat a visitar-li, ella va respondre que
tot el poble ho sabia i que esperaven amb ànsia el seu retorn, dit això,
d'improvís el senyor corb es va aixecar del seu seient i amb actitud ofesa i
molesta li va respondre: -Impossibile, non so nulla di tua sorella e non lo
sai che odio la pioggia?- La veritat era que el senyor corb no
solament odiava la pluja, més aviat podríem afirmar que odiava gairebé tot
tipus d'aigua, només consentia l'absolutament necessària per banyar-se perquè
per beure el tenia el chianti.
Ella va
respondre amb veu trista: -Non so signor Corvo, mi dispiace di averti
disturbato, buona notte- El li va respondre: -Buona notte bella ragazza, fortuna
nella tua ricerca.- La sorella passero es va disposar a abandonar aquella casa i va acceptar els
desitjos del senyor corb, esperant de debò tenir sort en la recerca de la seva
germana, però encara davant aquests bons desitjos ella va poder de nou
visualitzar aquell rar somriure que apareixia de nou en la cara de l'estrany
ésser.
Yolanda de la
Colina Flores
Estiu del 2013
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