Cómo extraño ese papel
con
mi nombre escrito a mano,
con
la gran expectación
de
leer el remitente.
Ir a buscar al buzón
noticias
de aquí y de allá,
con
sellos que hacen soñar
y
en viajar a algún lugar.
Las marcas y los membretes
que
te hacen presuponer,
por
dónde pudo pasar
para
al fin a ti llegar.
O escribir tú la misivas
buscando
el juego perfecto,
del
sobre con el papel
para
crear un efecto.
Papeles
de suave piel,
como
seres en letargo
poco
a poco despertando
con
las letras en tropel.
Combinación de colores
desvelando
sentimientos,
con
letras acurrucadas
despertando
somnolientas.
Tinta como
sangre interna
que
va emanando de dentro,
cayendo
como cascada
mostrando
lo que yo siento.
Rasgos que se van trazando
sobre
una límpida faz,
que
revelan algo más
que
lo simplemente escrito.
Hermosa
y vintage figura,
reminiscencia
de antaño
cuando
abrir una misiva
era
el más bello regalo.
Yolanda de la Colina Flores
9
de marzo del 2013
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