Te di la llave de mi vida,
y tú que hiciste con ella,
la abandonaste ahí un día,
sin dejar ninguna huella.
Te di la llave de mi alma,
y tú sin decirme nada ,
la arrancaste de mi cuerpo,
y no me dejaste nada.
Te di la llave de mi piel
y tú con saña voraz,
la desollaste con hiel,
y con tu amargura falaz.
Te di la llave de mis sueños,
y tú te burlaste de ellos,
destruiste mis anhelos,
y te inventaste otros sueños.
Te di la llave de mis infiernos,
y al quererme lastimar,
tú mismo entraste a mirar,
y quedaste atrapado en ellos.
Yolanda
2 de febrero del 2007
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