Hay diversas mujeres que mi ánima habitan
Y se apropian de ella sin pedirme permiso.
Coexistiendo conmigo todas ellas me inducen
a observar mi existencia como un laberinto.
Con frecuencia cohabita a mi lado una sastra,
en sus manos hay lienzos que luego transforma
en enaguas de encajes y un mar de atavíos
ella engendra ornamentos e insólitas modas.
Ella en trance arremete y se roba mis viejos ropajes
transfigura su faz y en absorta ecuación
mutilando va partes y festona unas otras ;
no requiere descanso y para ella no hay sueño.
En minutos su tarea realiza hilvanando y zurciendo
pues es una hilandera de huso y puntadas nocturnas
finalmente ella deja en mi percha una novel creación
que inauguro en estreno con gran emoción.
Alternando la orfebre joyera me mora,
en sus manos pequeñas sostiene artefactos extraños
concentrada ella estudia como un cirujano
un sin fin de cordeles, cuentitas y piedras.
Tiene lunas y estrellas del cielo y el mar,
caracolas hermosas y puñados de perlas.
Vive en un universo de texturas y mixtos colores
que ella siempre engalana y engarza cual flores.
Enmudece, no escucha, ni atiende, su sino es crear
collarcitos, herretes, anillos, pulseras y dijes
y cuantiosos objetos que su invento solo ella comprende,
pero yo me las pongo y a algunos su encanto sorprende.
En frecuencia nocturna aparece la efigie de loca pintora
y transforma en sus lienzos cualquier superficie,
las paredes las torna en diversos murales;
luego trae una brocha y las vuelve a cubrir.
En febril embeleso ella empieza a pintar
forzada enredadera de hojas y girasoles
que se van enmarcando cada puerta y ventana
transformando mi casa en floresta virtual.
Una noche los muebles le llaman con mágica voz
y ella pinta sobre ellos sandías, verduras y frutas;
no le importa el desvelo, ella solo sonríe
cuando ve mi cocina con tintes pueriles.
Y se mancha la cara, el cabello y el cuerpo,
pinta faldas, chamarras, vestidos y sacos,
pañuelitos o bolsas y adorna zapatos
que mis pies los desean y esperan descalzos.
La gourmet cocinera muchas veces se anida
y jugando ella inventa culinarias creaciones
con los potes de vidrio, un ejército ella forma
de ingredientes y especias en orden preciso.
Me deja en papel instrucciones directas,
luego va descansar como cual bella durmiente.
mientras tras un delantal sus recetas yo cocino,
sin querer ella confía de mi básico instinto culinario.
Existe una ocupa que también me visita,
es asidua lectora nocturna e insomne,
se alimenta de libros como una glotona
y después se transforma en febril escritora.
Tiene mi habitación infestada de escritos,
yo me encuentro sus nicho y los libro que devora
cuando veo que en mi mente ella los ha compartido
se forma en mi boca una dulce y cálida sonrisa.
.
Hay también una tipa que cree que es artista
ella canta en diversos lenguajes y trinos
se descalza los pies como clon de Isadora.
y danzando recorre la casa con sutil erotismo.
Ella siente en sus venas una sangre que danza
una mezcla perfecta de africana y morisca
pues su cuerpo se mueve entre notas y ritmos.
al vaivén que le marca ondular su caderas.
Sin embargo a esta artista no le gusta el aplauso
ni los ojos que atisben sus danzas y giros
a sus actos solo asiste puntual a la cita
mi presencia que deja que cante, que dance y me habite.
Estas son las mujeres que habitan en mi
Unas son nocturnales, otras son de ocasión
Para que te percates se asoman a veces
y desean con ansia despertar emociones.
Pero en mi viven otras y se muestran puntuales
Son miríadas de féminas que te invito a encontrar
más que eso, te reto y te ofrezco con ello mi amor
Ha que forjes algunas, en tu dulce crisol de pasión
Para Toni de Yoli
4 de agosto del 2007
lunes, 9 de agosto de 2010
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