Do minada por el vicio que tu piel produce en mí
busco a tientas la salida de esta alcoba y no la encuentro
a mi paso solo viene y me enfrenta el malestar que deja
en aquellos el amor de quien lo ha bebido en gran exceso.
Re saca que me deja el elixir o licor de esos tus labios
que al beberlos me producen más placer y desvarío
que el éxtasis del opio que produce en libación entre
sus humos que te envuelven y devoran.
Mi ro apenas y atisbo mi reflejo en esta copa que me muestra
una imagen de mujer hecha una adicta condenada a la
abstinencia de tu cuerpo hasta mañana y en la penumbra
me imagino que de ti ya no dependo.
Fa ntaseo en la creencia de no haberte conocido
de no haberme aquí caído y rendido a tus encantos
y me sueño que no soy más una adicta, que no existes
que has sido un sueño, quizá solo es un viaje pantagruélico.
Sol itaria y cabizbaja sé muy bien que la experiencia no es sueño
pues comienzo en este instante a sufrir ya los efectos de tu ausencia
y mis pasos descamino y los camino una y mil veces
y no sé si existe una salida al laberíntico sendero.
La abstinencia no me deja pensar correctamente,
mi adicción no me da tregua, la necesidad me mata,
mi cuerpo y mis entrañas no se quieren esperar
hasta mañana y el alba apunta ya …
Si lo intento podré danzar y calmar esta abstinencia que me ahoga
antes que aparezca el primer rayo sutil de ese rey de los astros
porque ser adicta y strige solo me evoca
las doce notas constantes del ritmo del blues.
Para Toni de Yoli
19 de junio del 2008
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