Scaramuccia es una chica,
que le encantan las piruetas,
aparecerse de pronto,
y desaparecer del todo.
Es tan ágil y veloz,
que su sombra no la alcanza
y en la Comedia d’ll arte
esto es una gran hazaña.
Son su cuerpo y sus reflejos,
como la fulgor y el sonido,
cada cual llega a su tiempo,
como la luz y los truenos.
Y va dejando en jardines,
por laberintos creados,
muchas sombras de su imagen,
como si fueran ropajes.
No tan sólo tiene el arte,
de ser saltimbanqui regio,
también canta con donaire,
con cualquier clase de arpegio.
Y la acompañan al cante,
dos pequeños arlequines,
que van brincando con ella,
cantando por los jardines.
Y se la pasan jugando,
casi del alba al ocaso
y aunque desfallezcan de hambre,
no se alimentan cantando.
Porque aunque son muy locuaces,
la razón no han de perder
si cantan no han de comer,
puesto que son perspicaces.
Pues se saben bien el dicho,
que se canta en todo el reino:
El que a un tiempo come y canta,
después loco se levanta.
Yolanda de la Colina Flores
3 de febrero del 2012
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