Entre la siega inminente,
de los frutos de la tierra,
va emergiendo esta princesa,
siempre estival y candente.
Es la sexta que aparece,
el solsticio va a su lado
y siempre joven parece
como la mítica Juno.
El sol le acompaña siempre,
con ella empieza a bajar,
él con sus rayos la mece
y la baña de caricias.
Y trae con todas sus mieses,
nacimientos y amoríos,
imágenes esplendentes,
con sus frutos coloridos.
Se envuelve entre las ciruelas,
melocotón o frambuesas,
con aromas de sandías,
y compotas de cerezas.
Y va repartiendo al mundo,
sus subyugantes delicias,
dulces fragancias de junio,
del verano las primicias.
Yolanda de la Colina Flores
1
de junio del 2012
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