Con grandes pasos y trancos,
esta nena toma altura,
subida en un par de zancos,
se emociona la criatura.
Como es tan pequeñita,
ha querido remontar,
como toda buena artista,
se ha trepado en un ¡plis, plas!.
En un regio par de piernas,
con la fuerza de los robles,
pues de madera son éstas
y la acercan a las nubes.
Como danzante de Anguiano,
gira creando revuelos,
con un par de banderillas,
adornadas con dos velos.
A esta niña le encanta,
estar cerca de las nubes,
y soñarse recostada,
entre nimbus de algodones.
Pero ella se baja siempre,
al terminar la función,
su madre no le consiente,
que ella olvide esta cuestión:
“En las nubes el jugar,
a todos suele agradar,
pero todos por igual,
algún día han de bajar”
Yolanda de la Colina Flores
6 de abril del 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario