Tú siempre vas conmigo,
en mi tímido andar
y siempre estás conmigo,
con tu nombre evocar.
Recuerdo cuando un día
alegre me narrabas,
que en crónicas de Narnia
metáforas había.
Que Aslan era Cristo
en plena trinidad,
por ello el sacrificio
y la resurrección.
Desde entonces no temo
al mundo con su fieras,
pues hay un gran león
franqueando alrededor.
Y sé que cerca de él
tú siempre vas conmigo,
sonriendo ante el amor
que me prodiga Dios.
Yolanda de la Colina Flores
13 de enero del 2016
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