Su palabra viene a mi
cual paloma pertinaz,
con mensaje de rabí
blanca y plagada de paz
Enseñándome los trinos
que padre solía silbar,
la ternura y los mimos
que madre solía prodigar.
En diminuta misiva
de carácter celestial,
en ella grandeza archiva,
como un venerado grial.
Con un beso y un silbido
hoy las lanzo por doquier,
con un cántico fluido
y aromas de vetiver.
Yolanda de la Colina Flores
20 de septiembre del 2016
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