Su nombre es brillo de mar,
y
siempre saltando está,
una
céltica campeona
de
gimnasia sin igual.
Gimnasta
artística es,
y
sabe bien combinar,
la
danza con el ballet,
con
aparatos sin par.
No
es que use otro elemento,
que
en gimnasia sea inusual,
lo
que pasa es que el tamaño,
es
un poco peculiar.
Las
cintas, cuerdas y mazas,
igual
que aros y pelotas,
para
ella suelen tener,
una
medida especial.
Resulta
que en sus performances,
ella
siempre se acompaña,
por
un trío de bellas orcas,
de
tamaño singular.
Con
las cuerdas hacen giros,
golpes,
saltos, lanzamientos,
quienes
las miran atentos,
quedan
siempre boquiabiertos.
Cuando
con los aros juegan,
también
hacen lanzamientos,
y
con grandiosas rodadas,
hacen
sus desplazamientos.
Con
las mazas y las cintas,
crean
regios molinetes,
espirales
y zig zags,
en
gloriosos movimientos.
Y
la emoción se desborda,
cuando
llegan las pelotas,
pues
con rebotes y giros,
igual
hay deslizamientos.
Como
ninguna posee,
un
gracioso par de piernas,
todas
hacen recepciones
con
la cola y las aletas.
Y
se lucen con su botes,
y
con grandes rodamientos,
por
supuesto gigantescos,
y
uno que otro balanceo.
Toda
la gente alucina,
porque
siempre habían creído,
que
la orca de los mares
era
ballena asesina.
Si
las dejas en el mar,
y
no provocas su estrés,
su
tierna forma de ser,
sin
duda tú la has de ver.
La
princesa las adora,
con
ellas suele vivir,
y
van dejando en el mar.
sus
piruetas y sonrisas.
Porque
bien dice el refrán,
que
jamás hay que olvidar:
“Que
las ballenas del mar,
en
su hábitat han de estar”.
Yolanda
de la Colina Flores
28
de agosto del 2012
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