Me fui en un viaje largo
con pequeño equipaje,
más todo lo que yo cargo
es de un enorme bagaje.
Yo llevo a mis espaldas
una alforja que es rosada,
que cual fiel guardaespaldas
por siempre me acompaña.
En ella prioritaria
mi amor y hogar habitan,
el árbol que cuidara
mi padre que amerita.
Amarillo y rojizo
listón que los enlaza,
senyera de mi amado
que circunda mi lar.
Que sostiene mi vida
y aguanta los embates,
de lluvias y hojarasca
con quien tengo debates.
El paraguas aguanto
de mi madre legado,
de la virgen el manto
que ella dejó a mi lado.
En bolso de cuadrados
mi hermano me acompaña,
de Zensei sus consejos
y de oro su hazañas.
Y junto al él la hogaza
que es hada y es hermana,
amiga y compañera
y parte de mi alma.
De otoño llevo un brote
que rememora el día,
en ese mes de octubre
que ellos me dieron vida.
Con espléndidos ropajes
yo voy camino a mi cima,
que cambio sin ambages
según lo quiera clima.
Y porto también un bolso
con tonos que van a juego,
un recipiente sin fondo
donde viven mis anhelos.
La luna ya va menguando
y yo le sonrío al vuelo,
pues mientras voy caminando
muy llena será de nuevo.
Yolanda de la Colina Flores
2 de junio del 2016
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