Al portarme a tu país,
me tornaste en chlorophyta,
alga verde colorís,
que entre tu océano se agita.
Glauca mi larga melena,
como la Rosa de Allende,
esmeralda mi alma plena,
de tu tierra y de tu gente.
Cetrinas mis vestimentas,
con joyas de caracolas,
disolviendo las tormentas,
con el vaivén de las olas.
Aceitunados mis ojos,
por el reflejo de la mar.
disipando los abrojos,
con la luz de tu mirar.
Yolanda de la Colina Flores
6 de noviembre del 2016
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