El jugar a la cucaña,
hoy se ha puesto muy de moda
y hay que darse buena maña,
y estar muy bien entrenada.
Hay que saberse doblar
y hasta desatornillar,
las caderas y cintura
y el equilibrio domar.
Dar mil vueltas sin marearse,
controlar la digestión,
hacerlo sin despeinarse
y mantener la emoción.
Comprarse unas buenas bragas,
no sea que alguien remire,
perder miedo a las alturas
y evitar que uno transpire.
Hacer el pino en el aire,
sin perder la compostura,
y no entrar en el delire,
de inventar nuevas posturas.
Algunos la llaman pole,
pero es cucaña en redoble,
pues no solo hay que subirla,
sino también recubrirla.
Con mil lances y bailables,
vaivenes y malabares
y al final tu solo tienes,
un problema en las lumbares.
Yolanda de la Colina Flores
14 de abril del 2016
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