La princesa miau, miau, miau,
es una fan del solfeo,
le encanta vocalizar,
por los rincones del reino.
A ella le agradaría,
formar un coro de ensueño,
con voces angelicales,
en un canon muy excelso.
Lo malo es que en ese reino,
nadie avala su afición,
son una especie de gatos,
que adoran el reventón.
Todos se van por las noches
y danzan por los tejados,
haciendo de marrulleros,
regodeándose en derroches .
La princesa no se estresa,
siempre ha sido una apañada
y ya se ha montado un coro,
con los gatitos del reino.
En las regias escaleras,
a las puertas del castillo,
cual pentagrama de notas,
en escalones los forma.
Y les enseña solfeo,
combinando sus maullidos,
los compases y las notas
y los do bien sostenidos.
Les va mostrando las formas,
de combinar los sonidos,
de su dulce ronroneo,
y el silencio de la noche.
Y hacen miau en piano o forte,
con sus voces de felinos,
onomatopeya regia,
que destaca a estos gatitos.
Una vez que ellos aprendan,
el canon con perfección,
como premio les hará,
capitas para el invierno.
Y así todos cantarán,
en canon este refrán,
para coser y cantar,
todo es cuestión de empezar.
Yolanda de la Colina Flores
22 de enero del 2012
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