Este grupo de princesas,
son presumidas coquetas,
pues antes ellas tenían,
otro tipo de belleza.
Eran regios gusanillos,
con millares de patitas,
su caminar era lento,
al pasear por los jardines.
Con el fin de descansar,
se acostaron por ahí,
pero estaban agotadas
y tuvieron que dormir.
Formaron una crisálida
y el tiempo las transformó,
en mariposa fantástica,
que de inmediato voló.
Ahora visten sus alas
y pueden volar muy alto,
arrebolarse entre flores,
o jugar entre los prados.
Ellas viven muy felices,
con majestuosos ropajes
y hacen desfiles con ellos,
con pasos de modelaje.
Nunca olvidan sus afeites
y muy arregladas van,
las flores que las admiran,
las perfuman con su esencia.
Revolotean con azucenas,
“Zizaguean” entre azaleas,
acarician hierbabuenas,
con enredaderas se enredan.
Y entre desfile y desfile,
les van diciendo a las flores,
que el aroma que destilen,
les da sus propios colores.
Así el jardín se reviste,
de colores combinados,
azul menta o rojo cálido,
pálido oro o verde tierno.
Ellas escogen las flores,
según tengan los colores,
para que se cumpla el dicho,
de que en gustos hay colores.
Yolanda de la Colina Flores
9 de diciembre del 2011
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