A Mirtha como parte de nuestro
agradecimiento a su maravillosa madre Trini,
quien siempre nos brindó su
profesionalismo, paciencia, motivación y comprensión.
Antoni y Yolanda
Capítulo 1
Las nenas Cono de chocolate y Dulcísima
Sus sorpresas no terminaron ahí,
la sala de espera del dentista había cambiado por completo, ahora todos los muebles
parecían estar hechos de diferentes caramelos, había un sofá que bien podría
estar hecho de chocolates recubiertos con caramelos confitados de colores, las
clásicas chocolatinas M&M’s, las mesitas que había parecían trozos de
turrón de diversos sabores, y sobre ellas había objetos que hacían referencia a
dulces y caramelos.
Sobre las paredes había varios
cuadros, cada uno parecía mostrar diversos lugares muy especiales, uno parecía
el reino del queso, porque todo ahí estaba hecho por supuesto de queso, otro de
frutas, el de más allá de chocolate y el último parecía un reino hecho de dulces de
varias formas, Mirtha lo observo detenidamente y pensó que quizás sería bueno
pasear por ahí.
Mientras su madre se dirigía al
mostrador, para informar que habían llegado, Mirtha se sentó en un gran sillón
rosado que parecía estar hecho de algodón de azúcar, era suave y esponjoso,
estaba tan cómoda que empezó a darle sueño y se quedó dormida, cuando despertó
a su lado estaba una pequeña niña que parecía una especie de galleta, que le
sonreía. También se dio cuenta que sus ropas habían cambiando, ahora portaba un
vestido hecho con una tela color azul aqua con miles de caramelos de diversos
colores, llevaba a juego medias y zapatitos y en la parte frontal de éstos les
adornaban dos hermosos caramelos envueltos en un delicado papel rosa.
Mirtha intrigada le preguntó:
-¿Quién eres tú y dónde está mi
mami?-.
-La niña que parecía hecha de
galleta le respondió:
-Soy una niña de pan de jengibre,
vivo en ese cuadro rosa, es el reino confitado y escuché que a ti te gustaría
visitarlo, así que he venido por ti.-
-¿Yo?, pero si yo no he dicho
nada.
-No lo dijiste en voz alta, lo
has dicho con el pensamiento-.
-¿De verdad puedo entrar a
visitarlo?
-¡Claro, lo único que tienes que
hacer es seguirme, tu mami tardará un rato en volver así que hay tiempo
suficiente.
-¿Y eso cómo lo sabes tú?
-Porque soy amiga del dentista y
hace mucho tiempo que vivo en este lugar, se cuanto tardan los padres en
regresar, además el reino confitado es tan pequeño que lo recorreremos muy rápidamente, ¡vamos, te
encantará!
Mirtha aceptó la invitación y vio
con alegría como subiéndose a los asientos podían acceder al reino confitado
sin problema, entraron al cuadro y delante de sus ojos había una preciosa casa
rosada, la nena de pan de jengibre le preguntó:
-¿Podemos entrar un momento?,
tengo que ver que mis primas estén dormiditas antes de irme a pasear contigo,
son más pequeñas que yo y deben hacer la siesta.-
Mirtha asintió con la cabeza,
mirando asombrada todo lo que había a su alrededor, al entrar en la primera
habitación que era de un azul aqua brillante se percató que todos los muebles y
ropas de cama también estaban adornados con dulces. Sobre la pequeña cuna había
una niña caramelo lila llorando desconsoladamente Mirtha la tomó en sus brazos
y la estuvo arrullando cantándole una bella canción de cuna, hasta que se quedó
profundamente dormida, la niña de pan de jengibre estaba encantada y con dulce
voz le dijo:
-Es mi prima Dulcísima, es muy buena
niña caramelo pero le encanta que la arrullen y le canten para dormir y tú… ¡lo
has hecho muy bien, muchas gracias!, ahora acostémosla en su cunita y vamos a
ver a su hermana.-
Mirtha hizo lo que la niña de pan
de jengibre le dijo y accedió a la habitación continua, de inmediato sus
vestimentas cambiaron de nuevo, ahora vestía un vestido elegantísimo que
parecía estar hecho con helado de cereza, de hecho tenía cerezas en varios
lugares del vestido, incluso en su diadema había una, aunque Mirtha, no podía
verla.
La habitación ahora era rosa y
estaba adornada con imágenes de helados por todos lados, en la bella cunita
rosa había una pequeña nena con forma de cono de helado de chocolate, Mirtha
también la tomó en sus brazos y la estuvo arrullando cantándole una bella
canción de cuna, hasta que se quedó profundamente dormida, esta vez le costó
mucho trabajo porque el chocolate le encantaba y tenía ganas de darle una
probadita, pero se aguantó como pudo las ganas, la niña de pan de jengibre
estaba, si se puede, aún más encantada y con dulce voz nuevamente le dijo:
-Es mi prima Cono de Chocolate,
es muy buena niña pero también le
encanta que la arrullen y le canten para dormir y tú… ¡lo has hecho muy bien,
muchas gracias!, ahora acostémosla y ahora sí, ¡ya podemos ir a pasear!.-
Yolanda de la Colina Flores
30 de julio del 2013
Yolanda de la Colina Flores
30 de julio del 2013
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