martes, 1 de septiembre de 2015

EL REINO CONFITADO Capítulo 1



A Mirtha como parte de nuestro agradecimiento a su maravillosa madre Trini, 
quien siempre nos brindó su profesionalismo, paciencia, motivación y comprensión.


Antoni y Yolanda



Capítulo 1

Las nenas Cono de chocolate y Dulcísima

 Un día, Mirtha se encontraba fuera de casa, caminaba por la calle de la mano de su madre, sabía que iban al dentista sin embargo el camino le parecía diferente y así era, cuando llegaron al lugar la nena vio que en la parte superior no estaba el típico letrero que sólo decía dentista, éste había cambiado, ella podía perfectamente leerlo y ahora decía: Dentista : La muelita feliz. Mirtha no pudo evitar sonreír.

Sus sorpresas no terminaron ahí, la sala de espera del dentista había cambiado por completo, ahora todos los muebles parecían estar hechos de diferentes caramelos, había un sofá que bien podría estar hecho de chocolates recubiertos con caramelos confitados de colores, las clásicas chocolatinas M&M’s, las mesitas que había parecían trozos de turrón de diversos sabores, y sobre ellas había objetos que hacían referencia a dulces y caramelos.

Sobre las paredes había varios cuadros, cada uno parecía mostrar diversos lugares muy especiales, uno parecía el reino del queso, porque todo ahí estaba hecho por supuesto de queso, otro de frutas, el de más allá de chocolate y el último parecía un reino hecho de dulces de varias formas, Mirtha lo observo detenidamente y pensó que quizás sería bueno pasear por ahí.

Mientras su madre se dirigía al mostrador, para informar que habían llegado, Mirtha se sentó en un gran sillón rosado que parecía estar hecho de algodón de azúcar, era suave y esponjoso, estaba tan cómoda que empezó a darle sueño y se quedó dormida, cuando despertó a su lado estaba una pequeña niña que parecía una especie de galleta, que le sonreía. También se dio cuenta que sus ropas habían cambiando, ahora portaba un vestido hecho con una tela color azul aqua con miles de caramelos de diversos colores, llevaba a juego medias y zapatitos y en la parte frontal de éstos les adornaban dos hermosos caramelos envueltos en un delicado  papel rosa.  

Mirtha intrigada le preguntó:
-¿Quién eres tú y dónde está mi mami?-.
-La niña que parecía hecha de galleta le respondió:
-Soy una niña de pan de jengibre, vivo en ese cuadro rosa, es el reino confitado y escuché que a ti te gustaría visitarlo, así que he venido por ti.-
-¿Yo?, pero si yo no he dicho nada.
-No lo dijiste en voz alta, lo has dicho con el pensamiento-.
-¿De verdad puedo entrar a visitarlo?
-¡Claro, lo único que tienes que hacer es seguirme, tu mami tardará un rato en volver así que hay tiempo suficiente.
-¿Y eso cómo lo sabes tú?
-Porque soy amiga del dentista y hace mucho tiempo que vivo en este lugar, se cuanto tardan los padres en regresar, además el reino confitado es tan pequeño que lo  recorreremos muy rápidamente, ¡vamos, te encantará!

Mirtha aceptó la invitación y vio con alegría como subiéndose a los asientos podían acceder al reino confitado sin problema, entraron al cuadro y delante de sus ojos había una preciosa casa rosada, la nena de pan de jengibre le preguntó:
-¿Podemos entrar un momento?, tengo que ver que mis primas estén dormiditas antes de irme a pasear contigo, son más pequeñas que yo y deben hacer la siesta.-

Mirtha asintió con la cabeza, mirando asombrada todo lo que había a su alrededor, al entrar en la primera habitación que era de un azul aqua brillante se percató que todos los muebles y ropas de cama también estaban adornados con dulces. Sobre la pequeña cuna había una niña caramelo lila llorando desconsoladamente Mirtha la tomó en sus brazos y la estuvo arrullando cantándole una bella canción de cuna, hasta que se quedó profundamente dormida, la niña de pan de jengibre estaba encantada y con dulce voz le dijo:
-Es mi prima Dulcísima, es muy buena niña caramelo pero le encanta que la arrullen y le canten para dormir y tú… ¡lo has hecho muy bien, muchas gracias!, ahora acostémosla en su cunita y vamos a ver a su hermana.-

Mirtha hizo lo que la niña de pan de jengibre le dijo y accedió a la habitación continua, de inmediato sus vestimentas cambiaron de nuevo, ahora vestía un vestido elegantísimo que parecía estar hecho con helado de cereza, de hecho tenía cerezas en varios lugares del vestido, incluso en su diadema había una, aunque Mirtha, no podía verla.

La habitación ahora era rosa y estaba adornada con imágenes de helados por todos lados, en la bella cunita rosa había una pequeña nena con forma de cono de helado de chocolate, Mirtha también la tomó en sus brazos y la estuvo arrullando cantándole una bella canción de cuna, hasta que se quedó profundamente dormida, esta vez le costó mucho trabajo porque el chocolate le encantaba y tenía ganas de darle una probadita, pero se aguantó como pudo las ganas, la niña de pan de jengibre estaba, si se puede, aún más encantada y con dulce voz nuevamente le dijo:
-Es mi prima Cono de Chocolate, es muy buena niña pero también  le encanta que la arrullen y le canten para dormir y tú… ¡lo has hecho muy bien, muchas gracias!, ahora acostémosla y ahora sí, ¡ya podemos ir a pasear!.-

Yolanda de la Colina Flores
30 de julio del 2013


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