miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL REINO CONFITADO Capítulo 9

Capítulo 9

Sobre un cerdito chocolate

Sin poderlo remediar Mirtha sonrió a su amiguita y le dijo:
-Muy bien nena, y ¿cómo vamos a llamar al cerdito de chocolate volador?

La nena de pan de jengibre le respondió:
-Muy fácil, solo hay que gritar: ¡Ven a nosotros cerdito de chocolate volador y llévanos a nuestro destino!-

Y en menos que te lo cuento ya estaba ahí frente a ellas el famoso cerdito de chocolate volador, era como su nombre lo dice un rechoncho cerdito hecho de chocolate, sus pezuñas eran kisses de chocolote, en lugar de hocico poseía un delicioso bombón de chocolate y en lugar de ojos tenía unos círculos de caramelo de chocolate adornados con un pistacho.

Mirtha también tenía calor debido al cabello tan largo que ahora portaba así que su amiga le hizo una preciosa coleta de caballo al tiempo que cambiaba nuevamente su vestimenta se apearon sobre el cerdito de chocolate volador y empezaron su viaje. Este fue igual de placentero y divertido como todos los que habían hecho con anterioridad y en su recorrido todavía visualizaron otros bosques con diversos tipos de golosinas, dulce o confites, árboles de algodón de azúcar en forma de cilindro y otros formaban una especie de rehiletes los cielos cambiaban de tonalidad y también las estrellas que les circundaban a veces eran lilas o azules. Mirtha estaba fascinada ante el hecho de que aún siendo de día hubiese tantas estrellas en el cielo y que pudiese verlas, porque sabía que en su mundo las estrellas sólo pueden verse de noche. Aunque veía dulces, confites y caramelos por todos lados ya no le apetecía comer nada, además sabía que si comía de más le podría doler la barriguita.

De pronto le pareció que había pasado mucho tiempo y quizás su madre la estuviese buscando y se preocupó pero la nena de pan de jengibre disipó su temores cuando le dijo:
-No temas en el Reino Confitado el tiempo va más de prisa, así que aunque aquí han pasado muchas horas en tu mundo solo han transcurrido unos cuantos minutos, todavía tenemos tiempo de darnos un delicioso baño para que llegues a tu mundo limpia y descansada, ¿te agradaría?-


 Mirtha asintió con la cabeza al tiempo que se percataba de que estaban aterrizando junto a la casa rosa de turrón y malvavisco. Despidieron al cerdito y éste se alejó volando por los cielos hasta que le perdieron de vista, ellas entraron en la casa y se dirigieron a la cocina, lo cual a Mirtha le pareció extraño ya que la nena de pan de jengibre le había dicho que tomarían un baño, pero pensó que en ese mundo su amiguita sabía mejor que ella que era lo que había que hacer así que sin rechistar se adentró en la cocina.

Yolanda de la Colina Flores
30 de julio del 2013  
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