De repente y no se como
existo en otro destino,
en un inusual camino
donde reina el equilibrio.
Estoy pendiente y en vilo,
en una escala trepada
de sillas elaborada,
en un perfecto encachilo.
A mi lado pasan nubes
y globos con mil deseos,
los que el viento porta al cielo,
para cumplir los anhelos.
Y aquí puedo estar tranquila,
pues estar así pendiente
no me crea ningún afrente,
ni tampoco me obnubila.
Yolanda de la Colina Flores
20 de agosto del 2016
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