Entre
ópalo y caléndulas,
ella
empieza a aparecer,
aunque
es octo es una décima,
porque
se merece un diez.
Es
princesa de disfraces,
de
fiesta y algarabía,
y
va adornando las calles,
con
coloridos ropajes.
Las
brujas y calabazas,
circundan
todo el confín,
y
el naranja y el morado,
se
entrelazan por ahí.
Fantasmillas
y diablillos,
van
tocando por ahí,
y
cuando abren ellos dicen:
“Come
on! Give me a trick ot treat!”.
Ella
viaja por las nubes,
sobre
una preciosa escobilla,
disfrazada
de brujilla,
y
un gato de compañía.
Con
una gran calabaza,
para
con ella adornar,
y
a la vez elaborar,
una
tarta con mamá.
Cuando
entra en retirada
es
preámbulo de ofrendas,
del
siguiente mes que viene,
que
juega con calaveras.
La
persiguen los tornados,
y
vientos huracanados,
hojas
sueltas y aluvión.
le
arman tremendo fiestón.
Para
cumplir el refrán,
que
ella suele bien cantar:
“Cuando
octubre muy bien truena,
es
que muy buen viento lleva”.
Yolanda
de la Colina Flores
1
de octubre del 2012
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