Esta
princesa elemento,
la
han querido confundir,
por
su activa condición
en
aptitud varonil.
La
nena si es aguerrida,
siempre
causa conmoción
desde
un ligero despeine,
hasta
un terrible tifón.
Pero
al crear ignición,
con
su hermana que es de fuego,
sabemos
que ahí se derivan,
todas
las formas de vida.
Y
si es hálito de vida,
donde
inicia la creación,
su
condición femenina,
arrasa
como huracán.
Es
oculta y misteriosa,
soplo
invisible que mueve,
el
agua inmortal primordial,
que
es el inicio de vida.
Vuela
en graciosos vaivenes,
ligera
como las brisas,
entre
la luz y el perfume,
que
va esparciendo feliz.
Enamoró
a Bachelard,
y
a Nitzsche logró enamorar,
por
ello al parafrasearlos,
les
dejo este pensamiento:
Es
materia superada,
envolvente,
adelgazada,
esa
clase de materia,
como
nuestra libertad.
Yolanda
de la Colina Flores
3
de septiembre del 2012
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