Capítulo 13
El gran banquete de Pascua
Por fin había llegado la tan esperada fecha y todos tenían una
especie de alegría mezclada con una plácida calma en el corazón. Finalmente y
aunque todo estaba dispuesto el gran banquete de Pascua no se llevó a cabo en
donde todos lo habían planeado. Unos días antes llegó una misiva a casa de
Menudita, que por su aspecto en seguida supo que procedía de la casa real. Como
siempre al abrirla se produjo nuevamente el espectáculo de polvitos dorados, al
concluir Menudita al fin leyó:
Su excelentísima
Majestad Don Aromatiósico Ajo tiene a bien poner a su disposición, si
usted así lo desea, los jardines del Palacio Real así como todas sus
instalaciones circundantes, enseres y personal necesario para la celebración
del gran banquete de Pascua. Si usted no discurre otra cosa, todo está a sus
órdenes.
Por los familiares de su excelencia no se preocupe, pues todos se
encuentran festejando la Pascua en el Palacete de playa.
Por otro lado, su excelentísima Majestad Don Aromatiósico Ajo agradece su maravillosa receta
para combatir el resfriado ya que día con día se observa en su Majestad un
notable mejoramiento.
Atentamente
Verdoso Cilantro
Secretario de los Servicios de la Casa Real
Menudita, respondió de inmediato que estaba encantada con
semejante proposición, así todos estarían más cómodos, los niños jugarían a sus
anchas, además de que al fin todos los habitantes de la huerta conocerían el
palacio y evitaría que Menudita contara por enésima vez su visita a él, esto
aunado a que así verían al rey y lo sentirían más cercano y a éste le
vendría muy bien convivir con sus súbditos.
Ese día por la mañana, el grupo de amigas de Menudita y por
supuesto ella misma, junto a su casi inseparable amiga Clarita, habían
realizado los últimos toques al adornado jardín con la ayuda de un ejército de
ayudantes reales, sin los cuales no habrían tenido tiempo de esconder por
todos lados los maravillosos y decorados huevitos de Pascua hechos de
alfeñique. Todo había quedado maravilloso.
Comieron y departieron gran parte de la tarde, después,
capitaneados por Clarita, vino la búsqueda de huevos de Pascua que Clarita y
Menudita habían realizado de alfeñique de acuerdo a lo que anteriormente habían
pactado. Y tal y como Menudita había contado a su querida amiga, los niños y
los grandes disfrutaron de la experiencia, eran bellas las imágenes que veían,
las cuales quedaron guardadas en fotografías para la posteridad, porque dicho
evento se repitió ahí año con año, imágenes de niños guisantes, zanahorias,
brócolis, lechugas, berenjenas, coliflores, pepinos, calabaza, cebollinos,
rabanitos, judías verdes y de todos los colores, alubias, racimitos de uva,
naranjas, peras, albaricoques y un sinfín de seres más, recibiendo sus cestitas
de manos de Clarita, después intentando encontrar por todo el jardín real los
huevitos de Pascua, para al fin acabar correteando por los jardines entre
confetis y serpentinas abriendo huevos rellenos con mensajes de esperanza o de
harina de color, serpentinas confeti, espuma o agua rompiéndose por ahí entre
la risa y algarabía de todos los comensales.
Luego vino la tómbola y todos sin excepción obtuvieron un premio,
después apareció una maravillosa banda de lechugas escarolas quien dio apertura
al baile y al ritmo de foxtrot Menudita y el rey inauguraron la pista, seguidos
de Clarita y Revoltoso y al poco rato ya estaba invadida toda la pista.
Menudita y el rey estuvieron platicando durante todo el evento ya
que ambos en la comida estaban uno al lado de otro. Intercambiaron información
y puntos de interés y ahí frente a todos, quien por cierto no tenía ni rastros
de resfriado, su Majestad el Rey Don Aromatiósico Ajo, era un invitado más, no
tenía las maneras del protocolo y eso lo hacía un ser cálido y amable. Todos
los integrantes de la huerta estaban encantados con él.
La noche llegó a palacio, y con ella las miles de luces propias del
palacio y las queridas luciérnagas iluminaron todo el lugar, haciendo el baile
aún más maravilloso. El rey y Menudita no perdían ocasión para estar danzando
en la pista, reían e intercambiaban miradas; la verdad es que el rey desde que
conoció a Menudita quedó prendado de ella y Menudita también aunque ella lo
descubrió más tarde, ambos estaban en los albores de un enamoramiento, pero eso
es otra historia.
Por lo pronto terminemos y dejemos a todos disfrutar en la
intimidad esta historia y de su gran banquete de Pascua.
Yolanda de la Colina Flores
Pascua 2013
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