Este octeto de hechiceras
desafían a las alturas,
y ellas son reconocidas
como creadoras de escobas.
Desde el principio de tiempos
las hacían con simples ramas,
o con fibras naturales
atadas por un extremo.
Su amigo el sorgo escobero
el llamado curagüilla,
les enseñó los principios
para su fabricación.
Y han hecho escobillas planas
redondillas y ovaladas,
se han explayado en diseños
de varias formas y estilos.
Ni importa tanto la forma
el diseño o el estilo,
lo que importa es que graviten
y puedan surcar los cielos.
Por eso es que ellas fabrican
las escobas voladoras,
para llegar pronto al sitio
donde planean con la aurora.
Las revisten de artilugios
de ornamentos y aderezos,
de relojería complicada,
y especial aéreodinamia.
Desde aquí hasta el aquelarre,
por debajo de las nubes,
rasando los matorrales,
y encima de pantanales.
Una hora para llegar
noche entera para holgar
una hora para regresar
¡Salto a mi escoba y fuera!
¡Rosras, rosras, y jorobas!
dicen las que hacen escobas:
“Las escobas ataviadas,
por hermosas damas pasan”.
Yolanda de la Colina Flores
9 de agosto del 2014
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