Esta garbosa hechicera
se pasea con sus gatos,
llamados muñecos de trapo,
y así es su
naturaleza.
Cuando ella los
abraza
se relajan por
completo,
y por completo se
tornan
en un mullido muñeco.
El más grande es muy astuto
un gran gato monigote,
siempre se pone muy cuco
y se peina los
bigotes.
El pequeño refunfuña,
no le agrada ir
caminando
y lo transporta su
dueña,
en la palma de su
mano.
Tienen vocecita débil
y raramente maúllan,
tienen ojitos de añil
no les agrada la bulla.
Portan guantecitos blancos,
en sus patas delanteras
y también lucen zapatos
en las patitas traseras.
¡Gurrrrrrrrrrr , Gurrrrrrrrrrr, y una rata mato!
Esto me dijo un buen gato:
“Jamás en el mismo plato,
comen un ratón y un
gato”.
Yolanda de la Colina Flores
8 de agosto del 2014
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