La traducción de su nombre
le viene muy bien al pelo,
quiere decir: El pequeño;
pero tiene gran renombre.
Con diminutas patitas
es acróbata genial,
su columna vertebral
es del todo singular.
Con esas pequeñas
patitas
atrapa bien los
ratones,
pues estos piensan que
ellas
son dos pares de
algodones.
Se los da a las
hechiceras
para que hagan sus conjuros,
les cortan el rabo a tijera
y con ellos hacen zumo.
Y los ratones rabones,
vuelven a su madriguera
y se esconden en rincones
porque sin cola se apenan.
¡Fitfitchh, fitfitchh, afufón!,
aprende bien la lección:
“El que un gato y un
ratón,
no son de la misma
opinión”.
Yolanda de la Colina Flores
7 de agosto del 2014
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