El búho de la sierra del norte,
es pequeño y dormilón,
y su hechicera por suerte
también duerme cual lirón.
Como ambos son pequeñitos
muy poco se dejan ver,
y aunque cumplan más añitos
jamás habrán de crecer.
Tienen un dulce ulular,
un suave y dulce too, too,
si se ponen bailar
sus alas hacen foo, foo.
Sus voces fascinadoras
bien prodigan silbatitos,
y la hechicera encantada
con ellos baila a saltitos.
Suelen ser muy silenciosos
cuando están muy calladitos,
más si se ponen gozosos
chillan y cantan a gritos.
Para dormir se acurrucan
y se toman buenas siestas,
pero si algo los despierta
se arman unas buenas fiestas.
Como que duermo y no duermo,
¡es verdad y no he bebido!:
“Cuando empieza a amanecer,
el búho se queda dormido.”
Yolanda de la Colina Flores
5 de agosto del 2014
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